miércoles, 4 de junio de 2008

Pretexto

En un bosque encantado, o más bien embrujado, había una hechicera que vivía en un árbol; pero no era un árbol corriente, era un árbol gigantesco con un palacio de oro entre sus ramas. Era la época en que los llamados hombres se vestían de plumas y se hacía llamar: Olmecas, Mayas, Zapotecas y Aztecas.

El oro no era como lo conocemos ahora: antes era una concentración de magia dorada que reflejaba los rayos del sol con la misma intensidad que un niño grita. Y las piedras tampoco eran como hoy las conocemos, tenían una consistencia ligeramente blanda y los seres hundían sus pies en ellas al caminar y jamás se lastimaban.

En el gran bosque había ríos, lagos, playas, minas, manantiales subterráneos, petróleo y un valle. En este valle surgió la leyenda de la bruja que se convirtió en águila y devoró al malvado Mago-serpiente, encima de un nopal. Los humanos nunca se enteraron que estos seres eran criaturas mágicas, excepto un bebé, quien vio a la bruja desconvirtiéndose. El bebé fue nombrado Tonatiuh por haber nacido a la hora en que el sol salía en el horizonte; muy pronto creció y se convirtió en un hombre sabio y respetado por todos, quien encontró una esposa y tuvo hijos. La hija menor de Tonatiuh, tenía unos amigos: un pajarito y una medusa de mar; ella se llamaba Xóchitl y era la consentida de su padre. Como la bruja sabía que Tonatiuh conocía su secreto quería vengarse y destruyó a los amigos de Xóchitl y a ella la convirtió en grillo por un hechizo. La bruja se posó en el palacio, hizo que la magia del oro se esparciera por las rocas e hizo que estás se volvieran duras, y los hombres tuvieron que empezar a usar protectores para los pies. Y al volverse sólidas las piedras, los hombres empezaron a escribir.

2 comentarios:

pekeñOgranRockstar dijo...

aaaaa
soy tu fannn

q imaginacion,
q forma de escribir señoreess.

yo quiero el 0001 de tu primer libro. jojojo

eshale ganas

chao chao

Anónimo dijo...

hola cesar, eres fantastico como tu escritura, no la abandones por favor, me gusto en especial el cuento de pretexto