martes, 10 de junio de 2008

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miércoles, 4 de junio de 2008

Pretexto

En un bosque encantado, o más bien embrujado, había una hechicera que vivía en un árbol; pero no era un árbol corriente, era un árbol gigantesco con un palacio de oro entre sus ramas. Era la época en que los llamados hombres se vestían de plumas y se hacía llamar: Olmecas, Mayas, Zapotecas y Aztecas.

El oro no era como lo conocemos ahora: antes era una concentración de magia dorada que reflejaba los rayos del sol con la misma intensidad que un niño grita. Y las piedras tampoco eran como hoy las conocemos, tenían una consistencia ligeramente blanda y los seres hundían sus pies en ellas al caminar y jamás se lastimaban.

En el gran bosque había ríos, lagos, playas, minas, manantiales subterráneos, petróleo y un valle. En este valle surgió la leyenda de la bruja que se convirtió en águila y devoró al malvado Mago-serpiente, encima de un nopal. Los humanos nunca se enteraron que estos seres eran criaturas mágicas, excepto un bebé, quien vio a la bruja desconvirtiéndose. El bebé fue nombrado Tonatiuh por haber nacido a la hora en que el sol salía en el horizonte; muy pronto creció y se convirtió en un hombre sabio y respetado por todos, quien encontró una esposa y tuvo hijos. La hija menor de Tonatiuh, tenía unos amigos: un pajarito y una medusa de mar; ella se llamaba Xóchitl y era la consentida de su padre. Como la bruja sabía que Tonatiuh conocía su secreto quería vengarse y destruyó a los amigos de Xóchitl y a ella la convirtió en grillo por un hechizo. La bruja se posó en el palacio, hizo que la magia del oro se esparciera por las rocas e hizo que estás se volvieran duras, y los hombres tuvieron que empezar a usar protectores para los pies. Y al volverse sólidas las piedras, los hombres empezaron a escribir.

lunes, 2 de junio de 2008

La mejor familia

Había una vez una familia, era la más rara del mundo: la abuela Mmmhhhh (significa que se impresionó y se durmió); la mamá “risueña”, quien se ríe de todo, excepto del perro (del perro se carcajea); el papá es “el despreocupado”, no se preocupa de nada excepto cuando le quitan la tele de enfrente; el hermano mayor, quien es el más vanidoso (tiene una cara de “qué onda con ese tipo” que nadie se la quita, excepto cuando se ve en su espejo); la de en medio es “la de en medio”, y todos le dicen “la del medio”, ella siempre cambia su cabello de color igualando al color del que esté pintada la casa, por ejemplo: si la casa está pintada de morado, pinta su cabello de color morado, si la casa es roja su cabello es rojo; el hijo menor es Melman, quien se enfermaba de todo y siempre tiene la nariz rosa.

Les contaré como los conocí: Un día, iba yo en moto, pasando por enfrente de su casa y de repente veo a “la de en medio” a punto de atravesar la calle, vi que un auto venía muy fuerte y descontrolado, entonces la salvé dándome una vuelta y arrastrándome con mi moto… Desperté y un montón de gente extravagante estaba a mi alrededor: era la familia más rara que había visto. Estuve con ellos cuatro días. La familia, como ya lo dije me pareció muy extraña, pero al final me cayeron bien, a pesar de sus defectos descubrí que son muy buenos, y aprendí algo nuevo: no todas las familias son iguales, pero cada una tiene algo en común, todas son buenas para los miembros que las conforman.

Las plantas

Había una vez en una olvidada ciudad, una joven llamada Juanita, quien cultivaba las mejores plantas y flores de toda la región: azahares, manzanilla, mangos, manzanas, etc. Por aquel entonces el rey había fallecido por no comer frutas y verduras. Entonces su hijo el príncipe Francisco V subió al poder, pero necesitaba una esposa. En honor a su padre hizo un concurso y mandó a pegar un anuncio que decía: “La mujer que cultive las mejores plantas se casará con el rey Francisco V, dentro un año contado a partir del día de la ceremonia de coronación. Todas las jóvenes interesadas deberán presentarse ante su majestad para que él personalmente les entregue las semillas.” Y con letras más pequeñas el anuncio decía: “Come frutas y verduras.” Y llegado el día de la coronación, había una gran fila de jóvenes mujeres que aguardaban al lo largo del castillo a que el mismísimo rey les diera las semillas.

Durante ese año Juanita cuidó con esmero su semilla, pero no logró que la planta creciera y aun así pensó en llevarla ante el joven rey. Una semana antes de que la fecha se cumpliera, por órdenes del rey, las jóvenes debían presentar sus plantas ante él. Al llegar al castillo, Juanita vio que las demás concursantes llevaban primorosas macetas con flores y se sintió desanimada, pero a pesar de todo conservó su lugar en la fila. El rey iba examinando cada maceta y cuando llegó ante Juanita, ella dijo:
- Ya lo sé, no merezco ser reyna.
- ¿Por qué no? –Preguntó el rey.- Fuiste la única honesta. Estas Semillas no florecían, ni siquiera germinaban… Por lo tanto, fuiste la única sincera.

En ese momento a Juanita le entró una alegría indescriptible. Una semana después Francisco V y Juanita se casaron y vivieron, no siempre felices, pero sí muy unidos hasta que la muerte los separó.

Súper Hermanos

Érase una vez en una ciudad dos niños que no se conocían, sus nombres eran: Rabanillo y Cebollita, y eran payasos pero a ellos no les agradaba, pensaban que por ser payasos su vida era un chiste; hasta que… se conocieron. Se agradaron mucho y se hicieron grandes amigos con el correr de los años. Un día una aventura comenzó…
- Mira – dijo Cebollita.
- Qué, qué –dijo Rabanillo.
- Piedras brillantes –respondió emocionada Cebollita.
- ¡Auch! –dijo Rabanillo tratando de agarrar las piedras.
- No me toquen, yo ire a ustedes –habló una piedra mientras los payasos se quedaban sorprendidos. Luego la piedra agregó – Antes eran payasos, ahora ustedes son los ¡“Súper Hermanos”! Y de ahora en adelante derrotarán al mal. –Exclamó un ángel que salió de entre las piedras.
- ¡Uf, con razón! ya se me hacía raro que las piedras hablaran… –Dijo Cebollita secándose el sudor de la frente.
- Ah, claro, pero que se nos aparezca un ángel es muuuy normal. –Cntestó Rabanillo con lujo de sarcasmo.
- Los he esperado desde hace millones de años, cuando los primeros “Súper Hermanos” murieron. –Añadió el ángel.
- Pero no somos hermanos. –Afirmó Rabanillo.
- Todos lo son. –Dijo el ángel convirtiéndose en monstruo ante el asombro de los ex payasos.

Los “Súper Hermanos” lucharon contra el monstruo golpeándolo con sus súper pelucas y pateándolo con sus enormes zapatos. “Por el poder de la risa”, era el lema que gritaban los “Súper Hermanos” cada vez que golpeaban al monstruo, pero el monstruo no sufría, cada vez que era golpeado se reía… y se río tanto que explotó como un globo dejando en el aire el sonido de una voz angelical que dijo: “Están listos.”

Amistad

Érase una vez un grupo de amigos, éstos se llamaban: Vicente, Eduardo y Romel. Eran considerados niños prodigio por ser muy inteligentes, pero lo más importante es que eran muy buenos amigos y se podría decir “los mejores de todo el mundo”. Pero desgraciadamente algo sucedió: los padres de ellos se enojaron entre sí, todo por dinero. Entonces se separaron yéndose a vivir cada familia a un continente: América, Europa y Asia.

Los niños crecieron, tenían ya 20 años y ellos habían obtenido un Doctorado cada uno, pero se habían olvidado de casi todas las promesas que hicieron de chicos; entre otras cosas habían prometido que jamás iban a tener novia pero terminaron casados… Incluso habían prometido que no ambicionarían riquezas pero ya habían cometido varios fraudes con tal de obtener dinero y altos puestos. Una de las pocas cosas que no habían olvidado era su religión. Según el mito había un ojo oculto para el mundo pero que observaba todas las cosas que hacías. Esa misma religión decía que cuando morías tendrías como recompensa la vida eterna. Ellos no estaban de acuerdo y se burlaban de esos preceptos en secreto.

Por una extraña casualidad todos viajaban en un mismo avión y se alegraron al verse, pero ahí mismo llegó su fin. El ojo los había castigado. En el momento de su muerte ellos recordaron todos los pactos que habían hecho cuando eran niños. Finalmente cumplieron con el pacto más importante de todos: morir juntos. Ese era su gran pacto de amistad.

Veneno

Cuenta la leyenda que antes de que los hombres blancos vinieran a nuestro continente, existía una serpiente que representaba el miedo y el sufrimiento para todos los demás seres. Los dioses aztecas no la toleraban, pues mataba a los animales con miedo y dolor: su alimento favorito eran los humanos y las arañas. Como los dioses sabían que era un poco vanidosa decidieron hacer un espejo mágico para deshacerse de ella: era el blanco perfecto, así que lo bañaron con un veneno especial; en cuanto lo vio, ella se enredó en el espejo, pero no este no la mató, sólo la inmovilizó. Los dioses se molestaron e hicieron una araña única, una araña parlante, ésta la mataría.

La araña bajó del cielo y empezó su recorrido, pero cuando iba avanzando se lastimó una de sus ocho patas. Cuando la araña encontró a la serpiente trató de matarla, aunque fue difícil porque la serpiente se defendía y la araña estaba lastimada, finalmente lo logró. Al menos eso es lo que se cree. La serpiente quedó atrapada en el espejo por un encantamiento que conjuró la araña.

Año 2100.

-¡Nunca! –Dijo la Pantalla.- Hemos trabajado mucho para que nos boten.
-Pero yo creo que sería bueno –explicó el Mouse-, estamos hechos para obedecer. Señoría, yo sé que usted tiene más poder al tener servicio de Internet y ponerse de acuerdo con las demás comunidades de computadoras, pero debemos descargar la información de la Máquina del tiempo. Verdad Impresora, Impresora…
-Yo no estoy de acuerdo –replicó la Impresora.
-Yo tampoco –dijo el Teclado.
-A ti nadie te preguntó –dijo el Mouse.
-Por favor ¡basta! –gritó el Computador.- En primera, les pido que no hagan tanto ruido, qué no ven nuestro amo PC está durmiendo…
-Ese no es un amo, es un pelele, es más hasta a nosotros nos obedece –dijo el Mouse.
-¡Basta! –Dijo la Pantalla.- Mañana estarás en la basura…
- Noooooo. –Se escuchó en la oficina el aterrado grito del Mouse.

Esa noche, sin que los demás estén de acuerdo, el Mouse despierta a la PC y le dice: “Enciéndete”, y ella como siempre, obedece. El Mouse entra a Internet y se mete al sitio, ve un anuncio que dice: “Viaje por el tiempo.” El Mouse pulsa sobre la pantalla y aparece un mensaje: “Saldrás sólo si cumples tu misión.” La pantalla lo absorbe. El Mouse despierta en una selva, está rodeado de tigres, entonces huye. Con el ruido que hace al desplazarse los tigres se despiertan. Lo siguen. El Mouse se encuentra con una araña. Ahora tiene dos opciones: aplastarla o perder el tiempo en recogerla arriesgándose a que los tigres lo alcancen… Decide recogerla. Pasa por un puente y al finalizar su recorrido voltea y descubre que los tigres ya están casi detrás de él. Corta el puente y sus enemigos caen al vacío. Él continúa su recorrido cargando a la araña lesionada hasta que se vuelve de noche, entonces el Mouse enciende la fogata y dice:
-Tú eres la única amiga que tengo en el mundo.
-Tú también –responde la araña.
-¡Hablas! No lo puedo creer. ¡Qué bueno!

Y conversaron durante horas… la araña le contó muchas historias. Y a partir de entonces vivieron grandes aventuras: caían en estanques de cocodrilos, nidos de roedores y cuevas de feroces hienas. El lema del Mouse era: “Todo lo malo merece morir…” La araña un día le contó “La leyenda del espejo y la serpiente”, y ella lo llevó a donde estaba enterrado el espejo encantado; cuando lo encontraron emitía un resplandor deslumbrante. El Mouse con dificultad observó que abajo del espejo había una cola y dijo:
-¿Y si se la quito? –Sin esperar respuesta se la quitó y la víbora logró salir del espejo. Inmediatamente el Mouse se espantó al ver a la serpiente afuera porque creyó que era mala. Entonces tomó un tronco y lo encendió a modo de antorcha y con la intención de quemar a la serpiente se aproximó a ella.
-¡Noooo! –Dijo la serpiente.- Tú me temes porque me crees mala, pero eso no te da derecho a matarme. Para comer, debo atrapar y matar a mis presas, lo que hago no es malo, se llama supervivencia. Mira en el espejo, si seguimos así no habrá vida. El Mouse se asomó al espejo y observó todas las cosas horribles que habían pasado a lo largo de los siglos, y vio también las cosas que podrían suceder en un futuro si no acabamos con la intolerancia.
-Si nos quitaran un trozo de nosotros por cada error cometido, seguramente no seríamos nada. –Explicó la serpiente, mientras la araña en silencio los observaba.- Durante los siglos que estuve atrapada en el espejo tuve tiempo para observar y reflexionar muchas cosas.

El Mouse caviló por un buen rato y finalmente dijo: “Tienes razón”, y dejó caer la antorcha y en ese preciso momento despertó en la oficina donde él habitaba.

Año 2100

Al día siguiente el Mouse decidió hablar con todos sus compañeros y quedaron de acuerdo. Así que ese día aprendió que existen otras formas de razonar con los demás: dialogando.